Hubo un tiempo en el que o se usaba un prismático o no se utilizaba nada. Este accesorio de caza era comprado por los cazadores para practicar la caza en plena naturaleza.
Por otra parte, las imágenes térmicas eran utilizadas principalmente por los militares y las fuerzas del orden público (forestales, Seprona) más exigentes en el campo.
Pero mucho ha cambiado desde entonces y el coste asequible de la tecnología de infrarrojos, gracias a los últimos desarrollos, ha llevado a la disponibilidad generalizada de dispositivos de imagen térmica a nivel de consumidor.
Por desgracia, si su afición por la caza se remonta a los años 80 y no se ha mantenido al día con las últimas tendencias modernas, es posible que no vea mucha utilidad a utilizar un monocular térmico. Para ayudar a satisfacer esta necesidad, hemos juntado algunas razones interesantes para utilizar un monocular en sus próximas aventuras cinegéticas.
Un único accesorio óptico para la noche y el día
Imagínese tener un único visor para avistar un venado de día y localizar a los jabalíes de noche.
Pues bien, las cámaras térmicas proporcionan una visión nocturna excepcional que le ayudará a encontrar animales con total oscuridad. Pero no sólo eso, también son útiles durante el día; al contrario que la visión nocturna.
A diferencia de las lupas de imagen, un monocular térmico funciona tanto bajo el calor del sol como en la oscuridad total; es con ello que diferencia tanto a las otras ópticas que ya existen en el mercado.
Como la mayoría de los cazadores saben muy bien que es casi imposible seguir el rastro de un venado joven en la oscuridad, una cámara termográfica de mano es muy adecuada para detectar una pieza de caza en todas las condiciones meteorológicas, sobre todo en la oscuridad total.
Más fácil de localizar la vida silvestre
Encontrar una pieza de caza bien camuflada puede resultar muy difícil en la naturaleza. Los conejos que se esconden en el borde de los zarzales o los jabalíes que se camuflan con el entorno suponen una espera más larga para el cazador.
Las cosas resultan mucho más fáciles si se dispone de una cámara térmica. En palabras sencillas, un monocular térmico es extraordinariamente útil para detectar animales astutos e incluso para distinguir qué animal está dentro de su alcance.
Después de usar un monocular térmico durante un tiempo, pronto se preguntará cómo ha podido sobrevivir su espalda a todos esos años encorvado escudriñando en círculos en busca de una pieza de caza.
Rastree una presa con más eficacia
Para los cazadores, el monocular térmico también puede ser muy útil cuando se rastrea un venado, un jabalí o un corzo después de realizar un disparo.
Muchas veces, la caza se aleja a pesar de haber sido alcanzada por el disparo y puede ser difícil seguirla en algunos escenarios.
Obviamente, puede seguir el rastro de sangre, como es la práctica habitual, pero un monocular térmico hará que su seguimiento sea más eficaz. Incluso mejora en la oscuridad, donde su visión probablemente falle y sólo un buen sabueso o perro de rastro como un teckel pueda alegrarle el día. Sin embargo, con un monocular térmico, la sangre sobresale claramente y es más fácil leer la firma de calor de un animal herido.
En pocas palabras, una cámara térmica es su mejor compañero en situaciones complicadas.
Atrape a su presa sin darse cuenta
La búsqueda de presas por la noche es una gran tapadera para el cazador experto, pero también supone una desventaja para el cazador: la falta de visión.
Para superar este inconveniente, los cazadores recurren a artilugios que emiten luz para mejorar la visibilidad. Desgraciadamente, esto supone alertar a la presa y dificulta aún más la captura de una pieza de caza desprevenida.
La imagen térmica proporciona ese modo de sigilo que ayuda al cazador a mantener una distancia prudencial de la presa sin exponerse.